1.- En la mayoría de los casos la trabajadora tiene que
extraer su leche en un baño público, donde no hay condiciones de higiene,
comodidad y privacidad para hacerlo.
2.- La extracción de leche materna en un baño público hace
sentir a la madre insegura con relación a la calidad de la leche materna y en
consecuencia muchas madres la descartan.
3.- Al no contar con un lugar digno para extraer la leche
para su bebé, la trabajadora tiende a retrasar o minimizar las extracciones de
leche, lo que puede causar congestionamiento mamario y hasta una mastitis,
poniendo la salud de la madre y la lactancia de su bebé en riesgo.
4.- Al no poder extraer su leche con regularidad durante la
jornada laboral, la trabajadora sufre de una tremenda incomodidad y hasta dolor
en sus mamas.
5.- Al haber menos ocasiones de extracción en la jornada
laboral, sus mamas reciben poca estimulación durante buena parte del día, con
lo cual se pone en riesgo la producción de leche materna. Esta es la principal
razón de la caída en la producción de leche de la madre trabajadora.
6.- Menos extracciones en el trabajo significa que la madre
no logra reponer la leche materna que va consumiendo su bebé diariamente del
banco de leche casero, con lo que en pocos días o semanas, la reserva de leche
queda agotada.
7.- La disminución en la producción de leche materna
incrementa la angustia de la madre quien pierde la confianza en su capacidad de
producir la leche que necesita su bebé.
8.- El agotamiento del banco de leche casero produce mucho
estrés en las madres trabajadoras que se ven obligadas a extraerse diariamente
la cantidad de leche que su bebé consumirá al día siguiente.
9.- Todo este ciclo de angustia, menor producción y más
angustia, finalmente acaba con la lactancia materna de la madre trabajadora y
su bebé. Si esto ocurre antes de los 6 meses, lo más seguro es que su bebé
termine recibiendo fórmula infantil o se anticipe la alimentación
complementaria.
10.- Cuando el amamantamiento termina de esta forma, muchas
veces la madre trabajadora siente que ha fracasado y se atribuye la
responsabilidad de no seguir ofreciéndole leche materna a su bebé.
Las consecuencias de no contar con una Sala de Amamantamiento en los lugares de trabajo no son pocas y deben ser valoradas adecuadamente, poniendo por delante de los intereses económicos de los patronos, la salud y la vida de l@s bebés y el derecho de sus madres a amamantarl@s. Cuando no se apoya la lactancia materna desde los espacios laborales se atenta contra la única forma de alimentación que garantiza la salud y la vida de nuestros niños y niñas.
Imágen tomada del blog La leche de mis hijas
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