9.9.12

Persuasión y Seducción en las estrategias de promoción de la Lactancia Materna

Estrategias para promover la lactancia materna hay muchas. Las más usadas se enfocan en los beneficios de amamantar resaltando la capacidad de la leche materna para proteger la salud de los y las bebés, así como los efectos en la salud femenina. Otra forma de promover el amamantamiento humano ha sido desmontando los mitos y las falsas creencias que se han tejido alrededor de esta práctica y que reposan en nuestro imaginario colectivo alejando a muchas mujeres de la forma más natural de alimentar y criar a sus bebés.

Recientemente se han popularizado los amamantamientos en plazas, parques, espacios públicos, con la intención de hacer visible lo invisible: que muchas mujeres amamantan a sus bebés sin problemas y que lo hacen por varios meses o años. No faltan las campañas que intentan aumentar las tasas de lactancia resaltando la gratuidad de la leche materna frente al alto costo de la fórmula infantil. Otras estrategias más osadas, y desde nuestra opinión, más acordes con la realidad, presentan sin complejos los riesgos que se expone el/la bebé cuando se le da una sustancia que no es capaz de procesar sin que deje consecuencias negativas en su vida. 

Todas estas estrategias de promoción de la lactancia materna apelan a la razón, ofreciendo argumentos racionales para que la mujer embarazada o la mamá de un bebé recién nacido decida amamantar en lugar de optar por la alimentación artificial. Se basan en la persuasión. Buscan, en definitiva, convencer a la madre (a quien van dirigidas en su mayoría) de la superioridad de la leche materna frente a la leche de vaca modificada químicamente. La eficacia de estas estrategias es difícilmente medible y de hecho parece no interesar a muchos. 

Lo cierto es que a pesar de todo lo hecho la lactancia materna como práctica de alimentación y crianza ha estado a punto de la extinción varias veces en nuestra historia contemporánea. Hay poblaciones urbanas que han dejado de amamantar y donde prácticamente no hay referentes para las nuevas madres. La pregunta obligada entonces parece ser: ¿Existe alguna manera de promover la lactancia materna que no estamos considerando? ¿Hay algo más que se puede hacer?

La respuesta es definitivamente si. Hay otras formas para aumentar las tasas de lactancia materna que están más relacionadas con la protección de la práctica que con su promoción hacia las madres. Es tema obligado de debate para las/los que creemos en este trabajo que va mucho más allá de ser una buena causa, y se constituye en la defensa de la vida humana. 

Mientras tanto si que hay una estrategia de promoción de la lactancia materna no tan visible pero muy eficiente que hace que madres que comienzan a amamantar lo sigan haciendo por tiempo indeterminado. Esta estrategia la tienen muy clara los/las bebés.  Se trata de la seducción. Usando emociones y no razones nuestr@s bebés son capaces de mantenernos involucradas hasta las entrañas en ese acto mágico que fusiona lo físico y lo emocional. 

La seducción de l@s bebés hacia sus madres se despliega de la mano de miradas, gestos, movimientos, sonidos, caricias. Este enamoramiento mutuo crece con el tiempo y hace que muchas madres que enfrentan dificultades al comienzo de la lactancia las superen por la vía de la insistencia o buscando ayuda en otra mamá o institución. La seducción nos mantiene enganchadas y  es gracias a ella que la lactancia materna deja de ser una forma de alimentar y se convierte en una forma de relacionarnos donde prevalece el amor. 

Por eso es tan importante que las madres reciban acompañamiento en los días que siguen al nacimiento de sus bebés, que se les permita amamantar en los Centros de Salud donde nacen sus bebés y sobre todo que no se obstaculice la lactancia materna con las prácticas que se aplican de manera rutinaria en clínicas y hospitales (dar tetero de solución glucosada o fórmula infantil). El encuentro entre mamá y bebé es sagrado, la intimidad da rienda suelta a la seducción. 

Si dejamos a los/las bebés hacer su trabajo, es decir, dejar correr sus instintos más básicos y seducir a la otra parte de la ecuación del amor, el placer y el alimento –a la madre- tendremos, sin duda, mayor número de bebés amamantad@s con su correspondiente salto en las estadísticas a nivel mundial.

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